EMPRESAS
El efecto llamada provoca el adelanto de la campaña de limón de Argentina y Sudáfrica

El aumento de hasta un 30% en el consumo de limón y pomelo durante el primer mes de confinamiento y el consiguiente incremento de sus cotizaciones han provocado que ambos países adelanten su ejercicio unas cuatro semanas, según Ailimpo.

La incertidumbre es la tónica general en los mercados desde hace semanas; pese a todo, en este contexto, “los cítricos frescos y los zumos tienen una gran ventaja, ya que su alto contenido en vitamina C los hace muy apreciados por los consumidores”, afirma José Antonio García, director de Ailimpo (Asociación Interprofesional del Limón y el Pomelo).

De hecho, durante la primera fase del confinamiento (del 15 de marzo al 15 de abril), la demanda de limón y pomelo ha crecido hasta un 30% en algunos supermercados del norte de Europa y, con ella, sus precios; sin embargo, desde el pasado 15 de abril, se está produciendo una desaceleración en el ritmo de esas ventas. “Los precios en el campo del limón Verna han alcanzado los 0,90 euros/kg, posiblemente fruto de ese recalentamiento puntual del mercado”, afirma García, para quien, “teniendo en cuenta la dinámica habitual, tenderán a moderarse” y, es más, “esta semana ya estamos viendo una paralización de las compras en campo buscando un equilibrio más razonable entre oferta y demanda”.

Ese aumento del consumo y, por tanto, de los precios, ha alimentado, según García, “un efecto llamada sobre otros orígenes” y, de hecho, Argentina y Sudáfrica han adelantado el inicio de sus respectivas campañas en torno a cuatro semanas. “Ya hay limones de Sudáfrica en Holanda e importantes volúmenes en tránsito”, explica y añade: “Nuestra previsión es que, a partir del 20 de mayo, y ya de manera muy notable a partir de la primera semana de junio, el mercado europeo se complique”.

El futuro post-coronavirus

Para el director de Ailimpo, esta crisis sanitaria implicará muchos cambios en el comportamiento del consumidor que, por ejemplo, se decantará por productos locales. Asimismo, “seguramente, en el corto y medio plazo, viviremos en un mundo menos globalizado, con restricciones a los movimientos de personas y mercancías, lo que dificultará las exportaciones a mercados lejanos como Asia o Estados Unidos”. Esto, a priori, no supone un problema para el producto español, que tiene en la UE y Reino Unido sus principales mercados, acaparando el 93% de su volumen de negocio.

Por otro lado, García confía en que el producto español salga reforzado de esta crisis sanitaria, puesto que el consumidor europeo no sólo lo preferirá por su carácter “local” frente al de países terceros como Egipto, Turquía o el procedente del Hemisferio Sur, sino también por su calidad y seguridad alimentaria.

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